Es este compendio de saberes sobre diversos procedimientos, estilos variados y técnicas depuradas el que se ha transmitido de padres a hijos en el seno de la familia Antonio García. Y es la síntesis entre el conocimiento profundo y un gran amor por el oficio el que ha dado identidad a esta firma desde que allá por 1847 abriera su primer taller de sombrerería en el sevillano barrio de la Puerta de la Carne. A este domicilio siguieron otros en las calles Candilejo, Muñoz y Pabón o Alcaicería de la Loza, hasta llegar a sus más recientes emplazamientos en el número 27 de la calle Adriano, a espaldas de la Plaza de Toros de La Maestranza de Sevilla, y al número 33 de la céntrica calle Larga de Jerez de la Frontera, donde los artífices de la mejor artesanía del sombrero continúan dando muestra de su oficio, tal como lo hiciera, hace ya casi dos siglos, aquel joven sombrerero llamado Antonio García.