Un segundo año sin la Romería del Rocío, la gran manifestación del fervor popular por la Reina de las Marismas. El de este 2021 se ha bautizado como un Rocío de Esperanza, y así lo es, un Rocío que anhela el fin de la pandemia y, con él, la vuelta a una celebración sin restricciones que permita fluir el verdadero caudal de devoción rociera, contenido de nuevo por unas normas de seguridad sanitaria tristemente más que necesarias aún.
Faltan las vivencias del camino, las carriolas llenas de alegres romeros, el bullicio acostumbrado en los porches, las visitas espontáneas a casas de familiares y amigos, el vuelo de vivas y pétalos… Permanecen la intimidad y emoción compartidas, los sentimientos y recuerdos de otros caminos, la fe rociera hecha letra de sevillana y plegaria. Y la esperanza. A los pies de la Blanca Paloma flores depositadas y velas encendidas como símbolo inequívoco de su búsqueda; oraciones desgranadas por quienes tanto necesitan, tras estos largos meses de sufrimiento, el calor y consuelo de una madre.
Desde Sombreros Antonio García nos unimos a todos los fieles que se aferran a esa esperanza, la de reencontrarnos el año que viene en el camino y acudir a la aldea dichosos por haber dejado atrás el mal sueño de la pandemia, y por recobrar la verdadera esencia de una Romería del Rocío como la explosión grandiosa y festiva de devoción religiosa que es.
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